¿Eres de los que celebra Halloween o el Día de Todos los Santos? ¿O ambos?
Personalmente, me gusta ver a los niños tan felices, pasar tiempo juntos… ¡y desde entonces cultivo mis propias calabazas para decorarlas en familia!
Normalmente cultivo mis calabazas para Halloween a finales de primavera, consiguiendo una buena cosecha sobre finales de verano y principios de otoño.
Si bien es cierto que existen numerosas variedades de calabaza, yo cultivo la llamada Connecticut Field, ya que es la que cuenta con las típicas estrías de la clásica calabaza de Halloween.
La calabaza es una hortaliza que apenas se utiliza en la cocina a pesar de su potencial. Hay muchas recetas, pasteles dulces… ¡e incluso en ensaladas!
Algunas calabazas pueden comerse crudas y otras como la Cacahuete o Butternut, que es alargada en forma de pera, pueden prepararse cocidas en una ensalada con cebollas, alcaparras y una vinagreta…
Además, es una hortaliza muy decorativa, que más allá de Halloween también suele utilizarse en escaparates, exposiciones, etc.
Echemos un vistazo a su historia…
Como suele ocurrir con nuestras hortalizas de verano (tomates, patatas, maíz, etc.), las calabazas, de la familia de las cucurbitáceas, son originarias de Centroamérica.
La mayoría de ellas fueron traídas a Europa en el siglo XVI, tras las expediciones a América. Algunas llegaron tarde a nuestros platos, como el calabacín, que no llegó hasta después de la Primera Guerra Mundial.
Calendario de Cultivo
La calabaza se siembra hacia mediados de abril si se hace en interior.
También es posible sembrar las calabazas directamente en la tierra. Tendrás plantas más resistentes a la sequía, pero serán más susceptibles a las babosas cuando germinen.
La siembra directa en el huerto se realiza hacia el 5/10 de mayo, pero puede hacerse hasta mediados de junio.
Consejo: Las variedades de calabaza verde tienen una vida útil más larga que las variedades naranjas.
Guía de siembra
Las calabazas necesitan una temperatura superior a 15 grados para germinar correctamente. Lo ideal es sembrar las calabazas en una tierra de buena calidad y en un entorno luminoso. La semilla se entierra a una distancia superior de 3 veces su altura.
Una vez que la plántula ha germinado, la temperatura debe estar entre 18 y 25 grados. A las calabazas no les gustan las variaciones de temperatura y dejan de crecer por debajo de los 5 grados. Si se siembra en interior, hay que sembrar la calabaza unas 3-4 semanas antes de plantarla en el huerto.
Puedes sembrarlas en interior en macetas de 10×10 cm o sembrarlas directamente en la tierra. Para esta última opción, pon dos semillas por agujero, por si acaso atacan las babosas, o una semilla no germina.
Tutorial de plantación
Dependiendo de tu clima, a veces vale la pena poner las calabazas a cubierto por si el verano sale malo… Pero en general, las calabazas son hortalizas para cultivar en el huerto.
En caso de duda, es posible plantarlas fuera del invernadero e ir guiándolas hacia el interior. De este modo, obtendrán el calor y protección del invernadero, pero las raíces estarán en el exterior.
Para preparar el cultivo, en otoño puedes colocarlas en su futura ubicación y añadir 30 cm de materia orgánica. Como las calabazas son una familia de hortalizas muy voraz, prosperan en suelos muy ricos.
Si tienes oportunidad, añade compost a la tierra en el momento de la plantación. Si no, puedes abonarlo con purines de ortiga o consuelda.
Al plantar, deja un metro cuadrado por planta. Su desarrollo, en buenas condiciones, es realmente impresionante. A excepción de las variedades no corredoras (como el calabacín), las calabazas pueden ocupar varios m2.
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